jueves, octubre 20, 2011

Youth Lagoon - The Year of Hibernation (2011, Fat Possum)

¿Qué se necesita para conseguir grabar un gran disco? Ganas, muchas ganas. Y cosas que contar. Se puede decir que con eso basta. A Trevor Powers le ha sobrado con eso a sus sólo 22 años, pasando en cuestión de meses a ser la nueva perla del panorama musical. Su vida antes, como dependiente de Urban Outfitters en su Idaho natal. Su futuro, un nombre a seguir de cerca pues con muy poco, ha sabido firmar lo que se puede calificar uno de los discos del año.

Youth Lagoon - The Year of Hibernation (2011, Fat Possum)


Encerrado en las cuatro paredes de su habitación marca las pautas a seguir de lo que los cánones del lo-fi suscriben. Basta un piano, una guitarra y una ínfima calidad de sonido donde los loops gobiernan para hacerse notar, para palpar que este 'The Year of Hibernation' (2011, Fat Possum) guarda tras de sí nostalgia y melancolía de una personalidad quebrantada e influenciada por la erupción en sus entrañas de aquellas melodías que un día forjaron bandas como Galaxie 500 o Cocteau Twins, su mayor influencia dicho por él mismo. Hace falta callar y dejar que 'Afternoon' te hable, te susurre y te estalle en la cabeza para darte cuenta de que la madurez musical no está estrechamente ligada ni con los medios ni con los años; para darte cuenta que Beach House siguen presentes sin siquiera mentarse. Son solo ganas, la manera, la vía de salida para lamentos y pensamientos que uno encierra donde yace su cama.

A la mente viene ese debut del pasado año perpetrado por Perfume Genius, un maravilloso recorrido entre las notas del piano bajo un murmullo que pedía ser escuchado, que necesitaba salir del interior de Mike Handreas. Este año le toca a él. La apuesta de Fat Possum ha sido certera y clara, tanto que a base de repeticiones y de una casi inaudible voz la simple construcción de 'Posters' te arrastra contra las cuerdas para pasar a ser el mejor diario donde poder escribir esta historia, el paso de niño que parecía tener claro el llegar a adolescente acorralado donde sale este disco; un peldaño más hacia ese siguiente capítulo en su vida en que 'Seventeen' se estipula ('...surrounded by nothing but the nothing surronded by us/but it's just me in my room, with my eyes shut...'). Una guía a esa siguiente página en el índice que esta ruta se convierte.

Dean Wareham es una antorcha que le guía, 'Cannons'  lo atestigua, 'July' lo demuestra; esa oquedad en las guitarras son fiel firma de su discurso paisajístico y feliz del que se empapa la atmósfera de 'Daydream' con sus bases rítmicas ensoñadoras, un soporte seguro entre tanta fragilidad plasmada. Pero esos ecos de Perfume Genius son más que luz en este pedregoso camino con una pieza clave capaz de derrumbar gigantes como es 'Montana', santo y seña de un desesperado espíritu que tiñe de emotividad la misma habitación en que te encuentras con él envuelto en esa melodía in crescendo que solo deja indiferente a quien no goce de un espíritu dentro de sí; su mejor espada para combatir esos monstruos que hacen abandonar una lucha personal por falta de fe en uno mismo (...your honesty was killing me, the monsters in the room were all dancing to the music all around us/a door is always open if it isn't close and a plant is said to be death if it doesn't grow/I will grow...I'll grow...).

Solo es un año de hibernación, pero es suyo, es el año en que Youth Lagoon ha nacido y ha venido a contarnos sus secretos, esos secretos que son las primeras palabras de algo que se avecina grande, de una pieza clave para terminar el puzzle, ese en que nosotros somos el dibujo a formar y que su infinidad de pequeños detalles han querido convertir en lo que se puede catalogar el debut de este 2011. Pero es más que eso, es simplemente inmenso e infinito. Justo como el espacio entre esas cuatro paredes donde con él te encierras.


            

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