Bilbao BBKLive |
Para abrir boca y despertar de esos ojos pegados tras un tardío amanecer llegaban desde el otro lado del Atlántico unos potentes que fusilan a base de decibelios y psicodelia. The Mars Volta llegaban con la vitola y la fama de grandes conciertos y sobre todo, de atronadores composiciones que se quedaron en menos cuando el equipo con el que contaban no fue el que suelen hacer viajar. No pondremos en duda su calidad, pero sí afirmamos que no nos lograron convencer y podríamos justificarlo con que la hora no era la ideal -que no lo era- y si me apuran, el resto del día no cuadraba con la oferta que 'Aegis' o esa impresionante 'Inertiatic ESP' daban. Eso sí, el cierre con 'Goliath' dejó más que claro que tipo de conciertos así se han de programar cuanto más tarde, mejor; como pasaba con la segunda visita americana que pudimos presenciar.
The Mars Volta (Fuente: eib) |
Todo ese sonido que faltó, distorsionó o empequeñeció, como lo quieran calificar, el concierto de los de Brooklyn, hizo que en el Escenario 1 los nacionales Vetusta Morla salieran de esta edición con el calificativo de gran banda, aunque rechinen los dientes al decirlo. Y lo admito, no es un grupo que me guste, que siga ni que admire, pero musicalmente sonaron de auténtica fábula. Se nota la perfecta compenetración de Pucho con el resto de los miembros que hace que temas como 'Valiente', 'Un Día en el Mundo' o 'Copenhague' que portan el calificativo de hit de la banda pasaran desapercibidas como tal y complementaran lo bien que suenan los nuevos cortes en directo. Dedicando a Amy Winehouse una 'Maldita Dulzura' que alguien en primera fila le pedía o 'Los Días Raros', tema que apunta a convertirse en uno de los himnos de la banda madrileña con el paso del tiempo. No hará que nos afiliemos a seguirles por la piel de toro -aún me pregunto el porqué del fenómeno-, pero si todos sus directos son así, bienvenida sea esa hora larga de gran sintonía que dejo los prejuicios de uno sentados en el césped.
Kasabian (Fuente: eitb) |
Donde no se pudieron quedar quietos es en el segundo encuentro en poco más de un mes con una de esas bandas a las que uno tiene miedo por el encumbramiento al nivel de "grande" por parte de la NME, esa revista de cotilleos que también habla de música y es que Kasabian no lo son, pero los directos que tienen -al menos, los que uno ha presenciado- son apabullantes. Tom Meighan salía de nuevo de vaquero como en su visita a Madrid, gafas y poses en ocasiones a lo Gallagher mientras la guitarra del espigado Pizzorno levantaba la primera polvareda de la noche con 'Club Foot', mismo repertorio que lo anterior pero incluso me atrevería a decir que mayor energía gracias, en parte, a que la duración fue menor y no se permitieron dejar caer la potencia de watios nada más que para 'Take Aim' donde Meighan abandonaba el escenario como ya lo hiciera su maestro cuando Noel tocaba. Pero fuera de comparaciones, Kasabian saben dar donde duele, lo que toca y pusieron patas arriba el recinto con 'Where Did the Love Go', 'Fast Fuse' conectada con 'Misirlou' y una potentisima 'Shoot the Runner'. Presentando de nuevo temas de su inminente trabajo, la fuerza de'Switchblade Smiles' trae a la memoria aquel XTRMNTR de Primal Scream y el cierre de 'Fire' se confirma como uno de los más efectivos de los que pasan por los escenarios donde estos británicos se dejan oír. Potencia y luz que se echaba de menos en esta edición.
Si Kasabian son para muchos el presente, sobre todo en la prensa de las islas, el ayer de la corona británica venía representado por ese sustituto de oro que un tal Brett Anderson lidera. No podemos esconder nuestra satisfacción ante este nombre y menos aún cuando ahí estaba uno con quien fue el introductor en esta droga que se llama "música". Suede son historia, es otro puntal en una de las épocas de la vida de uno, son recuerdos de juventud e ignorancia cuando al mirar la portada de aquel disco del 93 pensaba "cuanto amor, será de baladas" y al ver a ese lagarto sobre el escenario, uno entiende a quien le decía que era su mito sexual por los movimientos. Sin embargo hay que pararse un momento y decir que la voz de Brett estaba mermada, por tanto los falsetes en los primero temas se notaron, pero eso cuando se habla de 'Animal Nitrate', 'Trash', 'Filmstar' o una potencia como si no hubieran parado en 'Can't Get Enough' hacen que quien escribe olvide si suena mejor o peor y disfrute del revival a la que estaban sometiendo a golpe de 'We're the Pigs', 'So Young', 'She', esa increíble 'Everything Will Flow' y el éxtasis final con esa guitarra que traspasa la piel hasta hacer saltar lágrimas de emoción con lo que somos, 'Beautiful Ones'. Algunos volvimos a sentirnos jóvenes, demasiado, al ver a otra de esas bandas que será eterna en nuestra discografía. Gracias Amy por volver a la clínica y tómate otra a nuestra salud.
Suede (Fuente: EFE) |
Tras aquella vuelta al pasado tocaba rememorar aquel movimiento que intentó ocupar el trono dejado vacío por el britpop y que traía a uno de sus representantes más ilustres a las tablas. Hace años Kaiser Chiefs sacaron un puñado de canciones de esas que hacen saltar, corear y hacer un poco el gamberro, una condición que les auguraba un futuro de corto plazo. Para uno así se confirmó tras su segundo disco, aunque el tercero consiguió meter algunos temas de los que te animan una noche en décimas de segundo y esta vez, venían a presentar su nuevo trabajo que a más de uno ha dejado tibio y sus temas fueron probados en un directo que sigue salvando los muebles gracias a 'Everyday I Love You Less and Less', 'Ruby' , 'I Predict a Riot' o 'Angry Mob'. Y eso que bajo la lluvia que caía los ingleses lo intentaron, de nuevo, riéndose de una Amy que mejor que no se haya pasado por el festival, pero sinceramente creo que su momento de gloria ya pasó y ocupar el 'prime time' de un festival en el escenario principal les viene tremendamente grande y debieran haber actuado a otra hora y en la cubierta bajo la cual !!! dio, bajo los epilépticos bailes de Nic Offer, una actuación que puso el calor en las suelas de más de uno mientras el agua cesaba poco a poco. Es cierto que si se hacen apreciaciones sería remarcable que, en este tiempo, han mejorado mucho como banda aunque en detrimento de la fiesta, dejando de lado su ser más salvaje y adelantando filas a un buen hacer, pero claro, decir eso de la inpronunciable banda no resta ni un ápice de baile con 'Must Be the Moon', 'The Hammer' y su hipnótico y grandilocuente ritmo, o ese movimiento de caderas con casi desnudo en la bajada al público en 'Jamie, My Intentions Are Bass'. Saben lo que dan y dan lo que se pide, una sesión de psicodélicos movimientos en que hasta esa chaqueta con bombillas de Nic cuadra perfectamente para echar el cierre a los escenarios con esa impresionante 'Heart of Hearts' donde siempre se echará de menos la voz femenina que les acompaña en disco.
!!! (Fuente: eitb) |
Para terminar, la Carpa Vodafone traía la mezcla de The Zombie Kids/Montxo & Javi Green, convirtiéndola en un auténtico hervidero y donde se vivió el momento más agridulce de esta edición que pudo pasar a mayores. Un festival de esta envergadura debería saber a quién contrata como seguridad ya que, a la hora de intentar reducir en la parte alta de este escenario a un individuo no tuvieron mejor modo que sacar las porras para repartir a diestro y siniestro. Algo lamentable, no solo por el hecho, sino porque podría haber provocado una estampida general a causa del pánico que hubiera cerrado en tragedia esta segunda gran jornada de conciertos en Kobetamendi.
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