miércoles, junio 01, 2011

Primavera Sound 2011 (Crónica viernes 27/05)

Masificación. Sería una de las palabras más acertadas para vivir lo que en la segunda jornada del Primavera Sound 2011 se padeció. Ríos de gente que no paraba de entrar para lo que sería uno de los días grandes, sino el mayor, de esta nueva edición del festival barcelonés.

San Miguel Primavera Sound 2011

Muchos fuimos los desafortunados, por un motivo u otro, que no pudimos disfrutar de lo que Sufjan Stevens dejó vivir en su segunda intervención en el Auditori Rockdelux, así con esas la llegada permitió ver el fin de concierto de Fred i Son en el pequeño Salón Myspace Smint mientras una de las sensaciones de la temporada para muchos daba comienzo en en el Escenario ATP. Partiendo de la base, lo de sensación a Tennis es un calificativo que le viene enorme, pero sin embargo, supieron solventar lo que su disco debut es en el fondo: un trabajo fácil y agradable de escucha en que la voz de Alaina Moore cautiva en directo de manera soberana, pese a que, regados en ritmos sesenteros, comete el error de no alejarse más que centímetros de su órgano para dar pequeños bailes a canciones como 'South Carolina' o 'Take Me Somewhere'.

Las primeras figuras daban señales y pese a quien le pese, uno de esos nombres que consiguieron firmar un concierto más que notable fue un tal M. Ward, acompañado por una banda de marcada raíz americana y que se caracterizaba por dos baterías perfectamente acompasadas. La defensa en este formato de temas como 'To Go Home', 'Sad Sad Song' o adaptaciones de 'Whole Lotta Losin' sacada de esa megabanda llamada Monsters of Folk, homenaje a Daniel Johnston o el fin de concierto que desató a las masas en un baile frenético de rhytm & blues al disparar al centro de la diana con la adaptación del 'Roll Over Beethoven' de Chuck Berry, finiquitaron un recital del buen saber hacer a últimas horas de luz.

The National - Primavera Sound 2011 - Viernes - 01
The National (foto: Toni Rosado)

El más que justificable interés que despertaba The National hizo que su concierto en el Escenario Llevant pasara de poder ser memorable a, simplemente, no poder ni disfrutarse. El hacinamiento y la sensación de estar en el sitio equivocado hizo que, pese a la enorme calidad que demostraron tener, maltrecha voz de Matt Berninger mediante, los temas no llegaran a impactar como debían. Colaboración especial de Sufjan Stevens a los coros en 'Afraid of Everyone', tema que junto con el baño de masas en 'Terrible Love', la solvencia de 'Anyone's Ghost' o 'Bloodbuzz Ohio' solventaron su fantástico último disco entre las rompedores 'Squalor Victoria' o 'Slow Show', dos de los cortes que más hicieron vibrar los axones dentro de lo que las condiciones permitieron.

Aún a la espera de la banda principal de esta noche, el ir y venir de grandes nombres vivió dos asaltos diametralmente opuestos. Cuando Explosions in the Sky pisaban las tablas, sus histriónicos ritmos, turbulentos acordes de sus tres guitarras que se plasman en verdaderos manuales de como exponer los sentimientos  bajo el nombre de 'The Birth and Death of the Day' o una 'Postcards From 1952' de su último trabajo hacían olvidar que minutos antes, los escoceses Belle & Sebastian habían quedado como una de las decepciones del festival. Directo desganado solo aupado gracias a la interpretación de temas del pasado ('Sukie in the Graveyard', 'If You Find Yourself Caught in Love', 'The Boy With the Arab Strap') o el guiño a la banda de la noche con la interpretación del estribillo de 'Common People' en el silencio de 'Legal Man' que aún así no conseguirían que, pese a los bailes de Stuart Murdoch, el paso de la banda fuera recordado para los anales de la historia del mismo. Cosa contraria al mar de emociones en que los de Texas nos sumergieron sin necesitar más que sus cuerdas para hablar antes del reencuentro.

Jarvis Cocker (Pulp)
Pulp (foto: Mike Winship)

Y es que la visita de Pulp era eso, un reencuentro con un festival que los vio irse, con una generación entera que, a golpe de canción, disfrutaba de unos 90 de esplendor británico y que tenía a los de Jarvis como uno de los buques insignia. Concierto seguro, sin pretensiones ni florituras, girando alrededor de aquel 'Different Class' en cuanto a setlist y en cuanto a interpretación de la portada con pedida de mano en directo tras 'I Spy', con una banda que ya quisieran muchas gozar del estado de forma en que demostraron encontrarse. Se palpaban las ansias de su regreso, las ganas de bailar con ellos ('Disco 2000', 'Pink Glove',  'Shorted Out for E's and Whizz'), de emocionarse con 'Babies' y 'Bar Italia' o de enfangarse con 'This is Hardcore'. Un elocuente Jarvis dedicó el cierre con bis a la sala barcelonesa 'Razzmatazz' e hizo temblar el Fòrum cuando anunciaba la llegada de ese himno llamado 'Common People', terminando una actuación que respondía a la pregunta que, telón negro y letras rosas y azules coronando el escenario nos lanzaba en el momento de empezar su actuación: recordaremos, lo que para muchos fue, nuestra primera vez. A golpe de batería Battles cerraba en el Escenario Ray-Ban un bloque más, pero para la gran mayoría, la jornada lo había hecho momentos antes tras la visita de lo que es una leyenda viva de la música
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