San Miguel Primavera Sound 2011 |
Of Montreal (foto: Toni Rosado) |
La oportunidad de variedad de estilos hizo que el Escenario Ray-Ban tuviese como anfitrión a Big Boi. El ex-Outkast (temas de la cual usaron) puede no hacer la música que uno admira, ni siquiera la que escucha, pero es innegable la capacidad de creación de fiesta con la que cuenta el americano sobre las tablas con invasión femenina de bailarinas improvisadas a golpe de 'You Ain't no Dj' o 'Ms. Jackson'. Aunque la dosis estaba colmada para el resto del festival y tocaba dar paso a uno de esos nombres que no dejan indiferentes, aunque esta vez, casi lo consigue. Grinderman llegaba para soltar su rock ampuloso, directo y hormigonado y consiguió incluso sonar más tosco que de costumbre haciendo que tanto bloque formado por la inicial 'Mickey Mouse and the Goodbye Man' y fundida con 'Worm Tamer' o el paso por su debut con 'Honey Bee', 'Get it On' o 'Love Bomb' no solventaran la papeleta como hace tres años en el extinto Summercase, pese a una actividad sobre las tablas envidiable y un derribo de Cave a Warren Ellis, terminaron haciendo de lo que se preveía un plato fuerte un concierto irregular y que deba hacer pensar al australiano eso de que comenzar a tomar el papel de leyenda no estaría del todo mal. Todo esto confirma el fallo de elección al observar el gran directo que The Walkmen estaban sembrando en un Escenario Pitchfork completamente abarrotado ante una audiencia que coreaba a viva voz canciones como 'Juveniles', 'Victory' o 'Canadian Girl', atestiguando que no siempre el gran nombre se lleva la palma y que la emoción, a dosis justas, se sirve mejor.
Esto aún más lo reafirmaron los norteamericanos Interpol, uno de los grandes nombres a priori en el alejado y recóndito Escenario Llevant. Su puesta en escena es elegante, pero quizás lo fue tanto que llego a ser sobrio y falta de alma en el desgrane de su último trabajo ('Success', 'Summer Well', 'Memory Serves') entremezclado con los únicos temas que llegaron a arrancar atisbos de coro como son sus grandes éxitos entre los que estan 'Narc', 'Evil' o 'C'mere'. Un directo que se llevó las sombras que (casi) no existieron en la fiesta que montaron The Flaming Lips en el Escenario San Miguel. Es cierto que verlos en directos es inmiscuirse en un bucle: sabes que saldrán de la puerta en la pantalla los miembros, sabes que Wayne Coyne se meterá en una bola para saltar al público, sabes que habrá coreografía femenina, confetti, globos y luz, mucha luz; pero, a pesar de la mermada voz de su vocalista, sus grandes éxitos suenan bastante decentes en una oda a la fiesta escénica, que eso sí, por desgracia queda por encima de lo musical.
The Flaming Lips (foto: Toni Rosado) |
Una de las apuestas de esta edición se dejó caer desde Canadá al Ray-Ban. Tras su ecléctico debut y las promesas de incontestable directo, ver a Suuns se convertía en un hecho de expectación máxima a la que solamente supieron corresponder con temas como 'Arena' en su frenético riff de guitarras, 'PVC' o 'Armed For Peace' para abrir boca. Concierto en que no consiguieron plasmar ese aplastante poderío que nos hicieron pensar tiempo previo pero del que se sacan conclusiones positivas como es que cuentan con la capacidad para conseguirlo; hecho logrado y sobrepasado por quien se encargaría de cerrar la primera noche en un Escenario Llevant abarrotado como fue Girl Talk en un contínuo ir y venir de hits confirmando que merece la pena esperar a que el Sol comience a dar noticias para disfrutar de su impresionante directo para cerrar una larga noche de conciertos.
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