martes, junio 28, 2011

Crónica DCode Festival (Viernes 24/06/2011)

Summercase fue el nombre del último gran festival musical que se celebró en Madrid durante los meses de verano, quitando aquel erróneo nombre de Rock in Rio porque mentía en ambas cosas. Desde que éste desapareciera, la capital ha estado huérfana de grandes eventos y casi sorda a los reclamos que exigía su público. Tres años más tarde esas plegarias tienen nombre: DCode Festival ha llegado y a pesar de su ecléctico cartel, se figura como algo a tener en cuenta en años venideros.

Dcode Festival

El recinto se iba llenando poco a poco de seguidores de los canadienses SUM41 y sobre todo, de My Chemical Romance, dos de las bandas que chirriaban con la propuesta del festival. Un recinto, todo sea dicho, dotado con césped que hizo que también gracias a la afluencia de público la comodidad fuera la tónica predominante de los dos días y una de las grandes notas positivas del mismo. The New Raemon fue el primer nombre de interés que, bajo un Sol abrasador, se dejó escuchar. Quien escribe no apostaba por la propuesta del catalán en un gran escenario, pero quedó convencido gracias a la seriedad con la que interpretan sus canciones -lo que sucede entre ellas es otra cosa-, sonando mejor que en disco como una 'El Saben Aquel que Diu' dedicada al gran y eterno Eugenio o 'La Cafetera' a la eléctrica acompañado de un miembro de Mishima, así como 'Sucedáneos' que le sirvió para dar su primera estocada al colectivo emo que allí se congregó. El panorama nacional se debe congratular de tener una banda así, más a nivel personal dado que consiguió convencer pese a no seguirlo fielmente, cosa que sí hacíamos con Autumn Comets, banda que cambió su ubicación de manera inesperada tras el retraso de All Time Low para pasar a actuar en el Escenario 1, desglosando parte de lo que fue su pasado trabajo con 'I Can't Solve Your Problems Anymore', 'Welcome Home' o 'The Day After Tomorrow', sin incluir en este trabajo su ya clásica versión para el directo de 'Paper Planes' de M.I.A., dejando en el aire la cuestión de qué pasará con el grupo o alguno de sus miembros tras la despedida.

Para quitar el mal sabor de boca de las palabras que retumbaron tras el final de Autumn Comets, llegaron desde Los Ángeles una de las promesas del año para las pistas de baile. Foster the People es una grupo divertido, entretenido, que permite bailar y da alas para poder pasar un buen rato, pero surgen las dudas de que puedan dar mucho más que eso. También podríamos añadir, ¿a alguien le importa? Más aún cuando se ve como 'Houdini' o 'Pumped Up Kicks' contagian a una audiencia que aún bregaba ante los azotes del sol. Posiblemente ponerlos algo más tarde habría conseguido un efecto más expansivo, pero para calentar motores y separar a los fans del punk teenager del resto, la franja estaba bien elegida. Y eso se notó cuando un "habéis venido todos" salía desde el Eastpak 2.0 MondoSonoro con L.A., que dieron un concierto casi en familia en una carpa mal aprovechada -poca amplitud- y que solapaba el sonido de los mallorquines ('Hands' o 'Perfect Combination' no se saborearon como debieron) con los gritos sin ton ni son de Sum41

Eels (Fuente: DCode Festival)

El gran nombre de la noche llegó con expectación y se fue como triunfador. Verlo es algo que él ya nos había dicho: son cosas que los nietos deberían saber. Mark Oliver Everett, conocido como Mr.E, tiene una discografía envidiable, tiene un talento incontestable y dio un recital en el que aparcó su cara más triste para satisfacer a todos los que allí estuvimos. Barbas frondosas sobre el escenario permitieron dejar escuchar lo que Eels hizo en el pasado para conmocionar como 'Prizefighter', una contundente 'Souljacker Part I.', 'Love of the Loveless', canciones que marcaron alguna infancia como 'Novocaine for the Soul', a la que posiblemente le falto esa suavidad que atesora que la hace tan emotiva o una rompedora 'Tremendous Dynamite' que pusieron el toque de calidad musical que el festival ofrecía confirmando que esto es algo a contar a futuras generaciones.

La otra gran dosis de calidad venía de la mano de Band of Horses. Los de Seattle facturan canciones que salen del alma y que entran en quien las escucha de manera directa con la idea de quedarse ahí de por vida, pero para que eso ocurra en directo deben darse distintos factores como son por ejemplo que la hora a la que se actúa no exija más fiesta que emotividad y que el sonido no trunque ninguno de tus cortes. Quizás esto le ocurrió a la banda comandada por Ben Bridwell, dado que para muchos su concierto pasó de poder ser algo épico a algo soporífero, pero quien escribe atestigua que esos paisajes que sus canciones dibujan fueron aún más conmovedores con el sonido de 'No One's Gonna Love You', 'Is there a Ghost' o 'Ode to LRC' de su aclamado segundo trabajo entremezcladas con 'The Great Salt Lake' o la preciosa obra de su debut 'The Funeral'. Emoción a raudales para una banda que se resistía a dejarse ver.

Band of Horses (Fuente: DCode Festival)

Esa sensación de piel de gallina dejó paso al descontrol, a la aglomeración y a la confirmación de que a pesar de la pérdida de inspiración de Lori Meyers desde 2008 para los discos, en los escenarios los de Loja saben como controlar a las masas basándose en la fórmula de la efectividad y en la concatenación de éxitos del pasado como 'Mujer Esponja' o 'Viaje de Estudios' con los que han hecho que su nombre figure en todos los carteles como 'Luciérnagas y Mariposas', 'Luces de Neón' o 'Mi Realidad'. Un directo contundente y efectivo  del que no se esperaba nada y que dio paso para que The Zombie Kids cerraran a base de hits encadenados una primera jornada de conciertos donde la electrónica brilló por su ausencia y las lecciones vinieron de la mano de aquellas bandas que tienen motivos y bases para darlas. 

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