jueves, marzo 17, 2011

La Bien Querida - Fiesta (2011, Elefant Records)

¿Fenómeno de moda o realidad? El debate se sirvió cuando una maravillosa maqueta llamaba al interés del panorama nacional con una voz femenina recitando letras de las que antaño vestía una banda de Granada cargadas de dolor, heridas para corazones maltratados y resquemor a raudales que hacían pensar que el apodo de La Bien Querida fuera mera ironía. Este año ha vuelto, falta saber si para quedarse o es que solo estaba de paso.

La Bien Querida - Fiesta

El apadrinamiento por parte de Jota provocó el surgimiento de recelos y alabanzas ante el primer disco de Ana Fernández-Villaverde, un trabajo que sufrió tal transformación en estudio que deslució la desnudez con que se realizó la contundente maqueta. 'Fiesta' (2011, Elefant Records) es el regreso de esta artista vasca, un título que de nuevo parece jugar con un humor ácido e irónico pero de contenido (no) apto para corazones heridos, almas despechadas y vivencias recientes con el amor de final no muy grato. Por si acaso, escondan los cuchillos.

Ya se dijo cuando se presentaba este trabajo que habría desde intromisiones en pasos de Semana Santa hasta rancheras; de rumba a flamenco y sin dejar de lado los toques electrónicos y el pop. Dicho y hecho, aunque es una lástima que sea 'Monte de Piedad', tema incluido en su maqueta, la que sufra esos arreglos semanasanteros, dado a que es un tema que brilla con luz propia en la simpleza con que se compuso y puede que éste sea el gran lunar de todo el trabajo. 'Hoy' sirvió de adelanto con un ritmo mozárabe y feliz que choca con la lírica cargada de romántico drama (¿Qué será la muerte? me preguntaste un día y no te supe contestar/Si la muerte es mirar y no verte, que la muerte es mirar y no verte). Ya sabíamos por donde volverían a ir los tiros.

La Bien Querida

El grupo de palmeros con efectos electrónicos de 'Noviembre' marcan el inicio y se podría decir que la conexión con su primer trabajo, con el fin del último tema (una pseudoranchera más digna de Los Panchos llamada 'Lunes de Pascua', posible guiño a la gira que hizo con Julieta Venegas, sí, la del FIB) e incluso, paso intermedio o influencia del último trabajo de la banda que le pidió colaborar tras apadrinarla. 'Queridos Tamarindos' se carga de positivismo musical -¿el mismo perreo que 'Run' de Vampire Weekend? ¿atisbo inicial de 'La Fecha en la Tapa' de Julio de la Rosa?- y orgulloso despecho vocal post-relación fallida, un manual para sacar a relucir ese 'ahora te jodes' que nunca se suele encontrar y comparte con 'Piensa Como Yo' mientras que los lamentos (Me he preguntado tantas veces quien soy yo para ti y que lugar ocupo en tu vida/y es que a veces te miro y parece como que sí pero hay otras que hubiera preferido no fijarme nunca en ti) se los carga a la espalda 'Sentido Común', canción que gana con la simple guitarra y voz de Ana hasta entremezclarse con ritmos casi tropicales en la que podría ser la canción más penetrante de este segundo trabajo.

Puede que tanto eclecticismo ritmico de temática lineal haga que el álbum tenga puntos débiles como 'Monumentos en la Luna', corte calmado que parafrasea a Jorge Sepúlveda en un dueto que encarrila a la muerte del trabajo y que ralla a un nivel algo inferior a lo que se presenta minutos antes. Incluso algunos de los cortes que acompañan llegan a portar tintes en partes de cuerda que rememoran a Los Planetas como son el inicio de una rompedora 'Cuando el Amor Se Olvida' (Si alguien te engañó y no lo pudiste ver/no le culpes al amor que así lo quiso/ solo piensa en lo feliz que al mentir te hizo) o una preciosa 'En El Hemisferio Austral' que puede traer a la mente -salvando las distancias- en estructura a 'San Juan de la Cruz' o hasta en el inicio de 'Me Quedo por Aquí' parece que la batería de 'Nosotros Somos los Zíngaros' va a romper a sonar, pero se queda en mero espejismo con alguna metáfora que aún les recuerda.

Podrían decirse muchas cosas de La Bien Querida, que si sus discos pecan de despechados, de hacerse cargantes en empalagamiento amoroso, de sus descuidadas portadas, de haber encontrado el camino allanado gracias a Jota; puede que todo sea verdad (sobre todo lo de la portada), pero todo lo contrario también es válido. No es un disco que convenza a quien antes no lo estaba, pero sí reafirmará a cada uno en su postura. Puede que le siga faltando esa desnudez que el estudio no permite con tanto arreglo -lo de 'Monte de Piedad' llega a doler-, pero al menos cuenta con la ventaja de no tener una maqueta previa en la que compararse. Segundo escollo salvado con éxito, puede que no guste a todos, pero, como el amor, la música no se vive a veces de la misma manera y éste es un manual para darse cuenta de ello.

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