Cualquiera de nosotros podría decir que le gusta un estilo de música más que otro, eso es obvio; tan obvio como que dentro de ese estilo habrá bandas que entre sí se parecen como dos gotas de agua y una de ellas se adora y la otra se puede repudiar. Así somos. Con canciones sueltas pasa lo mismo, siempre salvando ciertos prejuicios existentes. Pero aparte de todo esto, ¿sabemos realmente lo que escuchamos?
Cierta publicación que consta con un amplio apartado de críticas o reseñas de discos comienza cada una de ellas con algo marcado en negrita que, se supone, es el estilo de música que hace dicha banda; es decir, la etiqueta. Algunas son reconocibles y todos sabríamos decir que sí, es lo que escuchamos (pop, rap, hip-hop, folk); pero las ganas de innovar, la diversidad de estilos entre las canciones que constan en el álbum o, simplemente, la gana de inventar, permite la aparición de otras como 'Bowiepop', 'Testamento' o 'Nanaspop'. Vale, ¿ahora sabes lo que escuchas? ¿Que lleva a crear estas mezclas?
Etiquetas, elige la tuya |
No podemos negar que muchos grupos y discos son tan eclécticos que encasillarlos en un solo estilo es casi imposible, por eso la aparición de etiquetas con mezclas como 'folk-pop' o 'country-rock' puede servir para ayudar a la clasificación o igual a la orientación del oyente para saber entre qué orillas se mueve esa música; pero hay veces que llegan a despistar más que a ayudar. Uno que escribe ha llegado a leer críticas de discos que tenían más etiquetas que un Zara e incluso al escuchar el tema se puede pensar '¿esto es shynt-pop-noise, noise a secas o pop al pilpil? ¿esta banda no era garage?' Con la posibilidad de cubrirse las espaldas, habrá en algún disco que haya guitarra eléctrica, un coro femenino, un banjo y una voz masculina grave enrabietada, que quien tenga que etiquetar el trabajo se pueda permitir decir que es 'folk-femalepop-metal-rock', así no se deja ningún cabo suelto.
¿Realmente sabemos qué es lo que esconde cada etiqueta? Mejor aún, ¿sabemos qué quieren decir? Ojo, no existe el objetivo de restarles importancia, sino que bajo una, a criterio del consumidor, se pueden esconder desde Falete hasta Antony and the Johnsons, por ejemplo. El caso quizás más llamativo, por no decir absurdo, me llegaba hace unos días al correo donde un tal Jamie Gurnell realizaba un diagrama en los que clasificaba los distintos estilos de las canciones de Radiohead por discos, dando muestra de que cada uno puede clasificar a su antojo o crear su propia etiqueta pues es algo tan subjetivo como, a veces, inútil.
Experimental, folk, noise, indietrónica...es igual como lo quieras llamar. Las canciones son canciones y pueden transmitir sensaciones o no, el estilo a veces es lo de menos e incluso, puede llegar a confundir. Siempre, si no estás de acuerdo con lo que supuestamente escuchas, puedes llamarlo a tu modo, aunque dado como está el panorama, decir "suena a..." es la etiqueta más infalible que existe.
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