domingo, febrero 27, 2011

Lykke Li - Wounded Rhymes (2011, LL Recordings)

Allá por el norte de Europa hay un conjunto de países que casi siempre que visitamos (musicalmente) nos traen cosas realmente buenas. En uno de aquellos reside una jovencita de 24 años, de rubia melena (o morena, según le de por teñirse), de penetrante mirada y de sensualidad cautivadora. Este año ha vuelto para intentar dar guerra con ligero toque de ternura, aunque no por partes y resultados iguales.

Lykke Li - Wounded Rhymes
Poder soltar eso de 'I'm your prostitute, you gonna get some' y quedarse tan ancha es algo impactante, al igual que era comprobar la BSO donde salía ese 'Get Some', su primer single, uno de los potentes argumentos que contiene este nuevo trabajo, abierto por una turbulenta 'Youth Knows no Pain' que va huracanándose poco a poco hasta llegar a una explosión vocal y sonora guiada por un psicodélico hammond. Hay quien sitúa su música desde Nancy Sinatra a Santogold, de Marianne Faithful a Tori Amos e incluso, parecido con Lady Gaga -¿'Jerome' sería "su" 'Alejandro'?-  y, para quien quiera su pedazo de razón, pues en este trabajo hay muestras de un poco de cada. De hecho el videoclip de su primer single muestra esa "sutileza" de la nueva diva y sus modelos no quedan lejos de la misma; falta salir en un huevo al escenario...

Una suave y gélida 'Love Out of Lust' pone un punto de cordura y belleza al demencial inicio con que este álbum se abre paso a su llegada con el segundo single 'I Follow Rivers', una composición pop de medios tiempos -con tacones por la nieve en el vídeo, manera cómoda esa-, que se complementa a la perfección con la rompecorazones de tinte folk-pop llamada 'Unrequited Love', más típica de taberna humeante de western que de una chica venida de las frías latitudes europeas, ejemplo que bien valdría lo mismo para 'I Know Places' si no fuera por los arreglos finales.

Lykke Li
Desde este punto hasta el final hay momentos para todos los gustos, con solo dos potentes picos como 'Rich Kids Blues' o 'Jerome', quedando sin duda por debajo de la cautividad de los temas de la primera mitad del trabajo y canciones de corte totalmente opuesto y que bien podrían apoyar ciertas comparaciones con la hija de 'la voz' como 'Sadness is a Blessing', una triste melodía pop -"...sadness is my boyfriend..."- que poco o nada tendrían que ver con ese estribillo que destacábamos unos párrafos por encima.

Dulzura y decibelios se dan la mano en este segundo trabajo de la joven sueca que demuestra un camino bien labrado, con una inclinación hacia sonidos (electro)pop donde las canciones inducen a la creación de coreografías para abarrotar el escenario si se le deja; bien esta voz merece la pena no dejarse llevar por dicha moda y seguir los derroteros que tan bien le están sentando y sacar más provecho de la ternura quebradiza que los medios tempos le permiten obtener.



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