viernes, febrero 18, 2011

Esa mente inquieta llamada...Jeff Tweedy

Día nublado, el cielo está oscuro y hay pájaros que no paran de revolotear cerca de la ventana. Un día 'triste' donde la imagen que se ve desde la situación de uno rememora a la portada y al contenido de un disco publicado allá por 2007 donde tanto el cielo como quien lo escribía pasaban por un momento emocional duro. O eso parecía.

Jeff Tweedy

Hoy es un día para dejar que en esta ciudad que nos acoge por unos días dejemos que la mente hallada en la cabeza del músico de Illinois llamado Jeff Tweedy ponga banda sonora a la imagen que se vislumbra fuera. Una personalidad en ocasiones atormentada que se refleja en sus letras y en su vida, tras haber pasado un período de adicción a los analgésicos que pusieron en peligro el futuro del compositor y escritor; no sólo por sus canciones sino también por la publicación del libro 'Adult Head', donde la poesía fue el estilo que colmaba sus hojas.

Comprometido con la política de los Estados Unidos, fue miembro de la extinta banda Uncle Tupelo, de la que posteriormente parte de la misma formaría junto a él lo que hoy es Wilco; girando en solitario e incluso ha colaborado con Golden Smog, ha tenido como acompañamiento a músicos como Feist ('You and I' de su último trabajo) o Billy Bragg; abrió el camino musical en el folk-rock para muchas bandas norteamericanas con sus primeros trabajos bajo el nombre que ahora le escuda como banda. 

Sky Blue Sky

'Yankee Hotel Foxtrot' (2002) marcó un camino que ya había abierto 'Summer Teeth' (1999) y que corroboró un disco infravalorado como es 'A Ghost is Born' (2005), donde se entremezclaban puntiagudas e histriónicas guitarras con composiciones inacabables ('Spiders (Kidsmoke)', 'Less Than You Think') que hacen de ese fantasma que nació un gran compañero de viaje que algunas veces se nos aparece. El cambio de tercio se dio dos años más tarde y es el disco del que hablábamos al principio, donde la personalidad de Tweedy se enternece, la guitarra de Clein se enloquece de manera amable y los doce temas que componen ese -menospreciado- trabajo se convierten en la banda sonora de días como éste, en una oda a los sentimientos que afloran al ver el cielo entristecido. 

Emocional en letras y visceral en música, así es Tweedy, una mente que no deja de pensar, que hace dos años nos dejo una última entrega de no muy difícil nombre y que mostraba una banda más accesible y que, en este presente curso en que estamos, nos traerá un nuevo disco con gira por nuestro país. Para un servidor, pese a los deseos de escucharlo de nuevo, si le pide que sea paciente con él, lo será.

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