lunes, noviembre 07, 2011

Crónica Monkey Week: Showcases (sábado y domingo)

Cómo crecer cada año. Ese podría ser el titular que acompañe cada edición del Monkey Week, un evento que como bien se ha dicho por activa y por pasiva, es multidisciplinar más que musical. Es un punto de encuentro, es una cita obligada, un motivo más para volver a ver caras conocidas y deleitarse con la música que las confirmaciones de su cartel nos brindan a cada llamada que nos hacen repartidos en la ineludible cita en el Monasterio de la Victoria y la plaga de grupos por toda la ciudad que brindan los enormes showcases, en los que en este primer repaso nos centramos.

Showcases Monkey Week


Sábado 29

Dejada atrás la primera visita necesaria al Monasterio de la Victoria en la fiesta de presentación que algunos no pudimos disfrutar al completo por la distancia, tocaba ver como las notas musicales invadían cada rincón de El Puerto de Santa María. Como de costumbre, la apertura de tanta colección se hacía de manera creciente, con pocos grupos concentrados en las primeras horas como Sons of Rock en el Teatro Pedro Muñoz Seca (Escenario MondoSonoro), The Brass Buttons y los catalanes Cyan, compañeros de gira de otros que tocarían de manera (no tan) sorpresiva como son Amaral e inmiscuidos en la presentación de 'Historias para no Romperse' en la Plaza Alfonso X, demostrando que tienen buen hacer a la hora de sacar sus composiciones y que algunas como 'Turistas Heridos' tienen todas las papeletas de convertirse en un éxito de masas.

Mucho (foto: Jesús Bragado)
Para la sobremesa se dejaron platos más que fuertes en ese superpoblado cartel que este festival nos entrega cada año. Wiggum era nuestra apuesta y no fallaron, mostraron porqué son uno de los nombres que más fuerte están pisando en el panorama patrio. Pese a algunos problemas en la mesa de sonido -falló el que no hubiera prueba, de lo que tendrían en la siguiente jornada modo de resarcirse- saben lo que hacen y como poder convencer, ya que con la proclama de "Te Quiero" conquistaron a los presentes, como hicieran 'La Chica Imaginaria' o uno de sus mejores temas, 'El Cielo de los Charcos'. Habría gustado poder disfrutarlos con más tiempo, pues tablas para asentarse tienen de sobra, cosa que tampoco les falta a la que fue una de las sorpresas del festival. Tras la separación de The Sunday Drivers, una de las ramas que han salido demuestran que siguen manteniendo las pautas de perfección sobre el escenario con la dosis de excentricidad que Martí Perarnau (ex-Underwater Tea Party), haciéndolos más que potentes en directo. Autoproclamados "el mejor grupo grecolatino neomudéjar", pusieron patas arriba la plaza hasta que cerraron su recital con 'Corre Mi Reloj', una dosis más de energía tras haber cargado las pilas con más voltaje de la cuenta como 'La Casa en Pie' -y esos contoneos de Martí inolvidables- o 'Si Quieres, no', dejando un buen sabor de boca en lo que fue uno de los conciertos donde mayor complicidad existió entre banda y público. Son Mucho y a su nombre parece no faltarle razón.

Eladio y los Seres Queridos (foto: Jesús Bragado)

 La siguiente estación conducía a una de las salas con mayor solera del festival. La Sala Milwaukee (Escenario Gibson) albergaba dos conciertos seguidos dignos de ver en que sirvió para exponer los pro y contras que la misma tiene como son el sonido y la visibilidad. Puede que el apostar por una buena visión colapse a la audición dado que eso fue lo que le tocó sufrir a Margarita en un concierto que desbordaba energía por todos los poros. Potencia en que se parecían fusionarse a Superchunk y Animal Collective pero en que como bien decía aquel, cuando se mezcla todo de manera irregular, hay cosas que deslucen. A pesar de eso, 'Crudo y Crema' o 'Pieza' sirvieron como excusa para confirmarlos a ver de nuevo a fin de arreglar un directo mermado por las voces colapsadas que aún así no consiguieron derrumbar a 'Luces de Colores Potentes', gran tema de su disco 'Explota el Cuerpo'. Cosa que a Eladio y los Seres Queridos no les hará falta, eso sí, desde otra orientación en la sala, sacrificando una posición privilegiada que permitió que el sonido se  engrandeciera aún más a lo presentado en su último disco. Los gallegos hicieron uno de los conciertos del festival con poco tiempo para dejar ver la calidad que atesoran -lo mismo que le pasaría a Hollywater en la Bodega del Club del Rugby (Escenario D.A.S.) donde no pasaron de 25 minutos aproximadamente por órdenes externas-, pero cuando 'Con el Corazón en la Mano' hace temblar de esa manera los arcos de la sala para permitir que todo vuelva a su sitio con la preciosa 'Miss Europa', el minutaje parece detenerse para dejarnos flotando antes de que la noche cayera no sin soltarnos antes perlas de su anterior trabajo como 'España a las 8', convenciendo a todo quien aún no lo estuviera para cerrar una primera jornada de showcases ante lo que se nos venía encima en el patio de aquel Monasterio.

Domingo 30

Aún con las caderas fundidas por lo vivido la noche de antes en el Monasterio el segundo día -que para nosotros sería el último- de showcases traía consigo bandas confirmadas ya en un nivel superior y las siempre promesas, de estilos diversos, que se nos regalarían de nuevo.

La suspensión no anunciada por parte de la organización del concierto que The Birkins, otra de las bandas obligadas a ver, deberían haber dado en la azotea del Bar Santa María (Escenario D.A.S.) fue el gran contratiempo de este día pero que nos permitió ver como se las gastaba Airbag en El Loco de la Ribera (Esencenario D.A.S.). Los esteponeros supieron aprovechar su oportunidad en un reducido espacio, confirmando que los escenarios de mayor afluencia son el ring donde mejor saben desenvolverse, cosa que quizás, con otro público más capacitado para digerir su directo, le ocurra a Brutalizzed Kids, que hicieron que más de uno temiéramos por la integridad del Red Bull Tour Bus con influencias como Korn en un recital que comenzó con retraso y nos permitió disfrutar de la bomba de adrenalina que soltaron los sevillanos Bikini Red en la ya habitual Sala Milwaukee (Escenario Gibson) de marcado regusto sueco -parte de sus componentes no son solo influencias del país nórdico- y británica con temas que emanan golfería y caradura como 'Deadly sin Parade' dejando para el final una versión tan contundenta como es 'Whatever happened to my Rock & Roll' de Black Rebel Motorcycle Club, confirmando que no sólo lo llegado desde fuera puede facturar directos para hacer bailar basándose en una suciedad musical que dejó claras muchas cosas.
Bikini Red (foto: Jesús Bragado)

Tocaba ver a una de esas bandas que parecen tener mucho nombre y poco demuestran, pero que acallaron a quienes no creyeran en que su saber hacer está más que justificado. La promoción que MTV ha dado a los valencianos Polock parece haber eclipsado en gran medida su proyección en otra escena, pero lo que defienden lo hacen de tal modo que los prejuicios deben quedarse en la puerta, como ocurrió en la Sala Mucho Teatro (Escenario AIE). Sigue dando la sensación de que el sonido es una asignatura pendiente en dicho lugar, porque pese a que los instrumentos sonaron de fábula -Marc, a la batería, es un verdadero pulpo-, la voz de Papu se llegó a ocultar entre ellos de tal modo que a veces era imposible reconocerla. Una lástima por como mermó a 'Nice to Meet You' o 'Sometimes', ya que podría haberse cerrado un concierto que fue en todo perfecto, con una conexión entre banda y público que se fue celebrando lo visto con un cierre esperado pero no menos sorprendente como fue 'Fireworks', la canción que los ha catapultado al éxito y que en parte oculta a quienes se ven incapaces de quitarse el sombrero ante estos chicos que dan motivos de sobra para ello con ejemplos como 'Night Shot'. Mismos problemas los sufrieron Els Surfing Sirles, ecualización fallida en una sala semivacía para ver el directo de Amaral -o hacer cola, porque no todos entraron- que nos dejó con ganas de poder disfrutar de la potencia que durante tanto tiempo y momentos previos al concierto nos habían contado, energía que dejamos para una noche en el Monasterio que estaría a la altura de lo que se ofertaba.

Polock (foto: Jesús Bragado
La nota menos positiva en general que llega a ser preocupante es la afluencia de público, menor de la esperada -4.000 según la organización- en líneas generales aunque ante un cartel tan cargado como es el de showcases eso no es valorable fielmente, cosa que también impide en parte poder disfrutar de otros grupos como Maryland, Ode On Dreams, Aliment o ColectivoOruga dada la imposibilidad de abarcar todo. Solo podemos decir que la oferta merece una respuesta un poco más masiva para poder defender lo que por aquí se está consolidando.

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