miércoles, septiembre 21, 2011

Wilco - The Whole Love (2011, dBpm)

"Neils is an alien". Tú lo piensas, yo también y Tweedy lo dice. Esa guitarra lo explica y ellos lo personalizan. Son muchos los años en que llevan dando melodías, acordes o letras que se unen como el oxígeno a las células para calar en tu torrente y quedarse ahí durante tiempo. El tiempo que necesiten. El que lleva Wilco siendo una de las bandas más influyentes de nuestra era y que este año ha conseguido explicarlo en menos de una hora de disco.

Wilco - The Whole Love (2011, dBpm)


Queriéndolo o no han sabido dar un sencillo repaso a toda su carrera desde esa vieja radio hasta el camello pasando por las Marina Towers de Chicago o ahuyentando esa emotiva bandada de pájaros de incompresible poca aceptación por parte de crítica y público. Dejando atrás la posibilidad de un recopilatorio se han unido cogidos de la mano para soltarnos el que es para muchos su trabajo definitivo, la confirmación de que por mucho tiempo que pase, ellos saben cómo y qué hacen. Sin fisuras, con una base tan sólida como la que sustenta la torre tan grande que ellos mismos han sabido construir.

'The Whole Love' (2011, dBpm) se convierte en uno de los mejores vinos de la bodega, en ese que dejas reposar y cuando decides catarlo llegas a la última gota escenificada en la insólita y emotiva sencillez desgarradora con que esa joya llamada 'One Sunday Morning (Song for Jane Smiley's Boyfriend)' se ha vestido con la idea de querer descorchar otra igual para que vuelva a quemarte la garganta, recuperando las clásicas pista de más de diez minutos con que solían deleitar pero esta vez apartando el histrionismo, meciéndose como los pasos del viento por el ambiente con la llegada de los primeros azotes del otoño y complementándose con esos sonidos de 'Sky Blue Sky' (2007, Nonesuch) entre los que se esconden 'Rising Red Lung' o 'Black Moon', la luz de noches en vela -'...and I'm waiting for you, waiting forever, are you awake now, too?...- que Jeff nos hace pasar en cada pequeño fragmento que nos cuenta de su atormentada historia  y en la que irremediablemente nos vemos identificados.

Su título no esconde que este es un trabajo más amoroso, pero la duda llega cuando se pregunta uno si Wilco alguna vez no lo ha sido. Una mente perturbada que nos suelta dosis de cariño a dúo con Patrick Sansone ('Whole Love') sin temor a equivocarse, con la certeza de dar pasos en firme para solventar con recuerdos de su etapa depresiva su primer adelanto 'I Might' fuera de un rompedor single como 'Born Alone' donde entremezcla la potencia con esas razones que le justificaban el ansiar abrir un nuevo bote de pastillas -'...loneliness postponed, my eyes deceiving glory. I was born to die alone'- en la que se comprenden sus declaraciones a Mojo (Sept 2011). Y es que el elemento base de las últimas composiciones de la banda pasa por las manos de Clein, de esa guitarra descontrolada con un orden y misión predeterminadas como hicieran de 'Impossible Germany' una de las mejores canciones escuchadas en la última década. Ejemplos de como hacer de cuerdas elementos básicos de clases de rock americano embebidos en 'Dawned on Me', el puñetazo directo de 'Standing O' o en ese descorche de la botella que tan bien nos han hecho saborear como es 'Art of Almost', sorpresiva canción que recuerda irremediablemente a Thom Yorke en el inicio pero que con el paso del minutaje algo dice que será una de las mejores composiciones sacadas de ese estudio situado al norte de Chicago y que despierta a ese monstruo que tanto miedo, bendito miedo, nos da desde 'A Ghost is Born' (2004, Nonesuch).

Un único punto flaco nos regalan esta vez a modo de swing ('Capitol City') pero que no es más que otra muestra de que aunque estemos ante la mejor colección de mentes privilegiadas venidas del otro lado del charco no toda la discografía ha sido una línea continua, hay altibajos -'Wilco (The Album)' (2009, Nonesuch)- recordando que esto es más que un simple disco, es un repaso a todo lo hecho. En un repaso a como sacar sonrisas y lágrimas a cada uno de nosotros, en un repaso en definitiva a lo que es Wilco. Y es algo a lo que, de manera justificada, le entregamos todo nuestro amor. Bendito seas, Jeff.

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