Imaginarse ser apuntado por alguien con una pistola tiene un hecho claro a cada movimiento que hagas: te la juegas. Cambia la pistola por un pc, ese alguien por un crítico y ese movimiento, por un disco; es lo mismo. Cuando te labras un nombre y te arraigas a un estilo, experimentar tiene la posibilidad de salir airoso, pasar desapercibido o ser acribillado. Y esas tres cosas son las que le van a pasar al último disco de Bright Eyes, donde no se quedan cortos a la hora de dejar de lado el folk/country/rock para cabalgar entre el art-rock, new wave, el estilo emo y el sonido 80's sin rubor.
Bright Eyes - The People's Key (2011) |
Haber elaborado obras tan redondas como 'I'm Wide Awake, It's Morning' (2005), 'Lifted, or, The Story is in the Soil, KeepYour Ear to the Ground' (2002) o el menospreciado 'Cassadaga' (2007) puede dar una idea del potencial que, como banda, se va adquiriendo por parte de Bright Eyes en ese estilo que tan bien sabe desenvolverse a los mandos de Conor Oberst, un joven genio que procedía de bandas donde el punk o el indie llevaban los galones. Quizás en esta última entrega, tanta aglomeración de estilos que este chico reparte por las distintas bandas en que participa haya producido un cortocircuito de tal calibre que la primera pregunta que surge al escuchar el disco es la de "¿estos son Bright Eyes?". Pues sí, estos que ahora abusan de sintetizadores, tiran de guitarras en ocasiones pesadas, batería frenética, experimentalismo y eso sí, unas letras que siguen estando por lo alto, es la banda que hasta ahora se habían llevado clamores y vítores por su exquisito hacer en el folk. El hecho es que Conor Oberst ya lo había advertido y, por suerte o desgracia, ha cumplido con lo dicho.
Bright Eyes |
Inicio y fin del trabajo se llevan la mayor longitud en cuanto a la duración, abriéndose con una excelente y envolvente 'Firewall' donde más de dos minutos son relatados por Denny Brewer -que aparece tras el tercer y el último corte de nuevo- acerca del universo, existencialismo o extraterrestres y siendo un tema que se presenta pausado, oscuro en su transcurso con fogonazos finales que lo hacen engrandecer y sería excelente como posible muestra de intenciones que podría llevar el concepto de este disco. Nada más lejos de la realidad pese a lo que el inicio de 'Shell Games' (hace días disponible) nos pueda mostrar, dado que en ese mismo tema tiene lugar la aparición de sintetizadores que tan poco cuadran con el nombre de la banda y que tiene cierto regusto coral a esos canadienses llamados Arcade Fire. El ampuloso inicio de 'Jejune Stars' se convierte en un tema movido y que bien podría ser escrito por una banda new wave contrarrestado por un algo que por fin parece querer recordarnos lo que estamos acostumbrados a escuchar desde hace pocos años como es 'Approximate Sunlight', corte que junto a una preciosa 'Ladder Song' o en menor grado 'Beginner's Mind' y 'A Machine Spiritual (In the People's Key)' parecen ser el único nexo de unión con el trabajo anteriormente realizado por esta banda. A medio camino de ambos puntos de vista se encuentra el encargado de cerrar el disco como es 'One For You, One For Me', un tema con índole futurista que podría traer a la mente a aquella 'Philadelphia' de Springsteen y que cuenta con el poder de impregnarle cierto grado emocional. Y lamentablemente, fuera de estos 10 temas se ha quedado 'Singularity', posiblemente una composición que supera a algunas de las presentadas.
Muchos lo consideran la evolución habitual desde aquel 'Cassadaga', cosa que podría ser cierta si en lugar de sintetizadores hubiera pianos, violines o melodías templadas más allá de una elaborada y compleja estructura que a veces roza la tosquedad y, en ocasiones, sobrecarga melódica que parece hacerse notar en gran parte de la compilación; puede que los mismos que menospreciaron su antecesor adoren este nuevo trabajo y marquen una pauta a seguir por el resto de críticas. ¿El mejor disco escrito por Conor Oberst? (NPR dixit), podría ser, pero del Conor Oberst de Desaparecidos, no del que hace años nos deleita en Bright Eyes. Quizás si se hubiera sacado de la manga otro grupo para presentar este disco no habría hecho mal, aunque el objetivo final podría ser el regreso de Desaparecidos , un rumor que suena con bastante fuerza y bien podría haber tomado parte de este disco para hacerlo ('Triple Spiral', 'Jejune Stars'). Habrá quien hable de madurez del artista, habrá quien se centre en la producción -con cierta sobrecarga, por cierto-, pero dejémonos de engaños; un disco son canciones labradas en un estilo y ni este es al que nos tenían acostumbrados ni éstas, unas canciones para decir que aquí Bright Eyes, en lo que parece podría ser su último disco, se haya salido. Conor Oberst quizás.
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