martes, febrero 01, 2011

Esa mente inquieta llamada...Conor Oberst

Hace poco inaugurábamos una mini-sección en la que Will Johnson nos servía como excusa para hablar de esos geniecillos liberados al mundo musical por parte de la madre naturaleza con la finalidad de dar rienda suelta a sus inquietas y benévolas mentes. Este ser, como comentamos en su día, formaba parte de una serie de bandas donde además se incluía una que ya de por sí se autoproclamaban monstruos; en ese grupo de seres poco perversos, se esconde también un músico que hoy centrará nuestra atención.

Conor Oberst

Venido de Nebraska hace ya casi 31 años, Conor Oberst es conocido por formar parte de los mencionados Monsters of Folk, en solitario como Conor Oberst and the Mystic Valley Band o en proyectos tales como Desaparecidos, Park Ave., Commander Venus y el más conocido, Bright Eyes. Como se puede apreciar, cumple uno de los requisitos que deben estar escritos en el manual de estas mentes inquietas: esconder sus obras tras un sinfín de nombres. A finales del pasado año ya se anunciaba su regreso con Bright Eyes, proyecto que había dejado aparcado relativamente desde 2007 tras la publicación de 'Cassadaga' (Saddle Creek); pues bien, ya tenemos aquí, gracias a este mundo de oportunidades que es internet, su nuevo trabajo: 'The People's Key'  (2011, Saddle Creek), un disco que se iba a publicar el mismo día que Oberst cumpla años y del que adelantamos que deja un poco de lado su lado más folk para convertirse en algo más conceptual con guitarras y sintetizadores como bandera en lo que parece una imagen enfurecida del este genio precoz.

I'm Wide Awake, It's Morning (2005, Saddle Creek)

Uno de sus trabajos, por poner un ejemplo, que podría ser lo completamente opuesto a este último realizado es aquel publicado en 2005 -por no irnos muy atrás en el tiempo- llamado 'I'm Wide Awake, It's Morning', donde además de firmar temas de un espectacular calado emocional, Oberst dio muestras de como acercar un poco más el folk-rock a las masas. El inicio narrado de 'At the Bottom of Everything' (estructura que se repite en la última entrega de este 2011) da paso a un guitarra enervada se apodera del bueno de Conor hasta llevar a forjar un disco arraigado en la América profunda. Joyas salidas de esa cabeza llena de ideas, de melodías y letras que llegan a causar un encuentro de sensaciones que pocos pueden labrar de manera tan sencilla. Sobresaliendo de la colección encontramos emocionales canciones como 'Poison Oak', 'Lua', o 'First Day of my Life', contrapuestas con la versión más potente del compositor en 'Road to Joy' o 'Another Travellin' Song', un auténtico patrón de como elaborar los temas folk sin quedar relegado a un público delimitado. Se convirtió (y es) un trabajo de los que marcan estilo, época y a quien lo escucha.

Hablar de un solo disco a elegir de Bright Eyes es algo arduo complicado, pero esto nos prepara el terreno para poder hacer algo más accesible el mundo Oberst a quien aún no lo haya explorado y evitar que se aventure a hacerlo con la última entrega, pues tendrá una visión completamente distorsionada. Es un universo que no tiene límites, que como buen genio, se esconde tras varios nombres para poder dar salida a sus ideas y que nosotros hemos elegido su banda titular para adentrarnos en él. No será la última vez que lo hagamos, esperemos que a él no le importe.

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